No de Cafe Racer vive el hombre!
De todos es sabido nuestra debilidad por las BMW serie K. Ya sean en su versión Cafe Racer, o en este caso una Tracker.
De todos es sabido que nos gustan y que cada día aprendemos un poquito más de ellas.
De todos es sabido que nos gustan y que cada día aprendemos un poquito más de ellas.
Hoy os traemos un trabajo del que nos sentimos muy
contentos, y porque no decirlo, Orgullosos, primero porque nos demuestra que en
nuestra “piel de toro” hay mucho nivel y porque en The Foundry MC, con Carlos
Ormazabal a la cabeza, la idea de una Street Tracker, mil veces repetida, cobra
una nueva dimensión.
Carlos, trabajador, organizado y curioso, se puso al mando
de este proyecto, tras haber completado con éxito una arrolladora SuzukiGSX750R convertida en Street Fighter, demostrando que las ideas se convierten
en ilusiones y que las ilusiones se convierten en sueños hasta hacerse
realidad. A una edad en la que muchos están pensando en abandonarse en un sofá,
él ha puesto en marcha un proyecto ambicioso, que seguro nos dará más de una
alegría.
Autodidacta en muchos aspectos y estudioso en otros, Carlos
se puso manos a la obra para aprender a soldar con tecnologia TIG y así poder
llevar sus trabajos a donde su imaginación le pedía. Aprendiendo y practicando
para poder dar el aspecto limpio y robusto que esta BMW K75 nos muestra.
BMW K75 THE FOUNDRY MC
La inspiración viene cuando las ideas fluyen.
Partiendo de esa premisa, y habiendo bebido de todas las
fuentes inspiradoras, Carlos, apasionado de las motos desde su juventud, tuvo
claro que la fusión de estilos debía ir acompañada de resultados memorables,
así pues, tomando como ejemplo motocicletas clásicas de cross o enduro como las
Bultaco Frontera Mk11, o las Montesa 360 H6, y la moto que tenia delante que a
priori no se parecía en nada a las que rondaban por su cabeza, supo aunar en
ella la idea de donde saldría esta maquina.
Puede parecer que otra fuente de inspiración sea una
creación de uno de los genios de las transformaciones, como es el taller
frances Ed Turner, que tiene en su haber una de las BMW K100 Tracker más
conseguidas de los últimos tiempos, pero no, yo creo firmemente que la
inspiración de Carlos Ormazabal, tiene se origen en la cabeza de Carlos
Ormazabal, y que inevitablemente todas las creaciones, provengan de donde
provengan tienen cierto parecido, pero no el mismo resultado.
La moto donante, es una BMW K75 de 1991, que ha sufrido un
restilyng espectacular, despojándola de todos los plásticos inservibles para
este proyecto y que ha sido adelgazada en sus conceptos básicos y engordada en
su estructura externa, para conseguir un resultado sorprendente.
Una nueva estructura en el subchasis han permitido realzar
las lineas de la motocicleta dándole robustez allí donde debe tenerla, y
consiguiendo un soporte para el asiento que de manera discreta, destaca en su
posición final.
Este asiento fabricado bajo la atenta mirada del creador de
The Foundry MC en cuero negro, se funde
visualmente con un deposito, que siendo el original ha sido envuelto con unos
porta-dorsales fabricados ad-hoc para suavizar la dureza de un diseño más que
conocido.
El chasis una vez acabado con cuidadosas soldaduras, se
pintó en un color azul que deja entrever las lineas agresivas que tiene la
motocicleta, combinado con una pintura con los colores de guerra de BMW, el
resultado final no deja a nadie indiferente.
El guardabarros delantero, se ha recolocado, dando la
impresión de estar bajo las tijas desde el principio, tan solo un proceso de
montaje sencillo consiguió un resultado sorprendente.
El
motor de la K75, es de sobras conocido, sobrado de par, el tricilindrico de 750
cc, fue revisado a conciencia, a sabiendas de que el resultado final, combinado
con la dureza su trasmisión por cardan, lo hacen casi indestructible.
Cuidadoso e la instalación eléctrica, que se ha reconstruido ya que puede ser el talón de Aquíles de este modelo, y se ha re-ubicado todo un nuevo mazo del cableado para hacer de esta una moto “limpia” en cuanto al aspecto exterior. El arranque y sustento de este elemento se ha confiado a una batería de litio, convenientemente camuflada, debido a su tamaño mínimo.
Cuidadoso e la instalación eléctrica, que se ha reconstruido ya que puede ser el talón de Aquíles de este modelo, y se ha re-ubicado todo un nuevo mazo del cableado para hacer de esta una moto “limpia” en cuanto al aspecto exterior. El arranque y sustento de este elemento se ha confiado a una batería de litio, convenientemente camuflada, debido a su tamaño mínimo.
La
linea de escape ha supuesto un pequeño reto, para conseguir aunar un aspecto
rudo con una respuesta deportiva, la solución estaba clara en a cabeza de su
creador, nada mejor que un terminal SBK Leo Vince en Carbono, que unido a los
colectores de serie, ya que todos sabemos de la complejidad de los escapes de
estas unidades, forman un conjunto que ya quisieran para si muchas Super motos.
Las suspensiones se han confiado a unas de la marca YSS, que
siendo en principio diseñadas para las BMW K1100, le otorgaban una longitud
adicional de 35 mm frente a las de serie, sin comprometer la fiabilidad del
cardan.
En cuanto a las horquillas delanteras, se hizo un minucioso mantenimiento, para poder dejar en perfecto estado de revista.
Los frenos, de serie, cumplen sobradamente su función, se han repasado y montado con esmero.
En cuanto a las horquillas delanteras, se hizo un minucioso mantenimiento, para poder dejar en perfecto estado de revista.
Los frenos, de serie, cumplen sobradamente su función, se han repasado y montado con esmero.
En la
parte Cockpit, la direccion se ha encomendado a un manillar de enduro Hebo de calidad
mas que contrastada. Las piñas se han respetado, dando un toque clásico a un
trabajo excelente, el control digital de la moto se sustituyó pon un acertado marcador de la marca KOSO, instalado en un soporte fabricado marca de la casa.
El faro, de pequeño tamaño, esta rematado con una vistosa parrilla PIAA, que le da un aspecto entre clásico y feroz, quedando esta Tracker con un aspecto de lo más agresivo, la miréis por donde la miréis.
Para los neumáticos, en The Foundry MC, han optado por unas gomas de enduro, que hacen de esta máquina un gran devoradora de asfalto pro sin hacerle ningún mal gesto a los caminos que dada su geometría, debe engullir como por arte de magia.
Solo dar la enhorabuena a Carlos Ormazabal, con su The Foundry MC, una marca a tener en cuenta en los próximos eventos, cuya originalidad dará que hablar.
Esta base ideal para transformaciones cafe racer, tambien nos deleita en otros estilos.
Fuentes:
The Foundry MC
Texto: modelikocaferacers.com
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